Tangos para Agus

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Pirincho

Francisco Canarozzo nació el 26 de noviembre de 1888 en San José de Mayo, Uruguay. Como tenía el pelo revuelto, la partera dijo «¡Parece un pirincho», y el apodo se le pegó.

Pirincho

En 1899 la familia Canarozzo se instaló en Buenos Aires, viviendo en conventillos, y en condiciones muy pobres. El matrimonio y sus ocho hijos vivían en una misma habitación. A los diez años, Pirincho ya trabajaba de canillita (vendedor de diarios), al igual que sus dos hermanos Juan y Rafael.

El zapatero del barrio, Don Chicho, le enseño a tocar la guitarra y la mandolina. Más tarde, con restos de hojalata que juntó en la fábrica de envases de aceite donde trabajaba de aprendiz, construyó su primer «violín de lata». Como ves, Agus, el «Latín» no es un invento de Les Luthiers.

Con lo poco que fue ganando, tocando acá y allá los tangos que aprendía de oído, juntó los ocho pesos que le costó un violín usado, al cual su madre le hizo una funda de tela para que no se arruinara.

Lo primero que aprendió a tocar fue «El llorón», de autor anónimo,

Más tarde este tema sería base de una milonga de Juan Maglio, con letra de Enrique Cadícamo. Agus, tené en cuenta que se trata de un tango de la Guardia Vieja:

https://youtube.com/watch?v=M55cmUJ8N-4

En 1906 formó un trío con Martín Arrevillaga en Mandolina y Rodolfo Duclós en guitarra. Juntos recorrieron el interior de la Provincia de Buenos Aires y La Pampa: Ranchos, Guaminí, Salliqueló, Tres Lomas, Trenque Lauquen, Santa Rosa y General Acha. Esta gira está llena de anécdotas de «bajo fondo»: Peleas, tiroteos, noches de calabozo, …

Violín, mandolina y guitarra. ¿Y el bandoneón? Estamos hablando de un tiempo cuando todavía no existía la orquesta típica.

«Pirincho» (1906)

Para 1908 ya tocaba de forma regular en La Boca, más específicamente en la esquina de Suárez y Necochea; verdadera cuna del tango. Allí, en el café Royal, conoció al gran bandoneonista Eduardo Arolas. Ese famoso debut con el tango «Una noche de Garufa» es recordado en este fragmento de la película «Derecho viejo» de 1951 que, de paso, te muestra como era el ambiente de esos primeros locales de tango.

También en ese año de 1908, Canaro ya había compuesto su primer tango, «La barra fuerte». Poco después formó un grupo con su vecino y amigo Vicente Greco, alias Garrote, al bondeneón, presentándose en el café «El Estribo», en Entre Ríos al 600, y en el salón «Rodríguez Peña» y en las peñas de los carnavales.

Vicente Greco (1886 – 1924)

A su orquesta la denominaron «Orquesta Típica Criolla», De aquí el nombre de «orquesta típica» que se le daría a este tipo de formación.

Orquesta Greco – Canaro (c. 1914)

Poco a poco Canaro se fue haciendo conocido como violinista en diferente orquestas, y como compositor. En 1912, ya con el nombre artístico de «Francisco Canaro», compuso el primero de sus tangos que logró cierto reconocimiento, «Pinta Brava»,

… que no hay que confundir con el otro «Pinta Brava», más famoso, compuesto por Charlo dos décadas más tarde.

En 1916 Canaro formó el famoso «Quinteto Pirincho», donde hizo ingresar el contrabajo en la formación tradicional.

Quinteto Pirincho (Canaro – violín, Thompson – contrabajo, Polito – bandoneón, Martínez – piano, Rinaldi – segundo violín) c. 1916

También se cuenta que en 1924 Canaro decidió, por primera vez, incorporar un cantor a la orquesta, aunque sólo para el estribillo. Con Roberto Díaz como «estribillero» grabó el tango «Así es el mundo», compuesto por su hermano Mario. La grabación es acústica, lo que explica su pobre calidad:

Durante los carnavales de 1917 y 1918, Canaro y Firpo fusionaron sus orquestas para actuar en Rosario, llegando a los 15 integrantes. Con esa gran formación, y vestidos de etiqueta, empezaban a abrirse paso en los salones aristocráticos.

En 1921 Canaro se presentó en el teatro Ópera para una concurrencia de alta sociedad, y con una gran orquesta de más de treinta músicos, algo inédito hasta entonces. Para ese momento, ya había dejado el violín, y sólo se presentaba como director. Todavía no había comenzado la Guardia Nueva, pero Canaro ya había creado un estilo propio y perdurable.

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