La novia de América
Durante la larga gira latinoamericana que comenzó el 2 de enero de 1946, Libertad Lamarque tuve la genial idea de buscar asesoramiento sobre las costumbres de cada uno de los países que iba a visitar. Así, en Cuba, interpretó la guaracha «El tumbaíto» (Faustino Miró y Pepé Delgado, 1943). Su éxito fue enorme, y recibió el apodo de «La novia de América», con el que se la conocería en adelante. Después de una estadía en República Dominicana, su gira siguió por Puerto Rico, Venezuela, México, Guatemala, Honduras, El Salvador, Nicaragua, Costa Rica, Panamá y Estados Unidos.
En México filmó dos películas: «Soledad» y «Gran Casino». Esta última fue dirigida por el español, también exiliado, Luis Buñuel y donde compartió cartel con Jorge Negrete. En este filme Lamarque interpretó varios tangos, como «Adiós, Pampa mía», «Loca», y una excelente versión de «El choclo»,
Hasta ese momento, el Choclo era un tango instrumental. Pero a pedido de Lamarque, Discépolo le escribió una letra.
No me atrevía a tocarlo… Por demasiado bueno. Era algo sagrado. Era como ponerle letra al himno nacional del tango. Pero, en fin, como no sé decirle que no a una súplica de mujer, accedí a lo que me pedía Libertad, asegurándome que solo era para un pasaje de la película. Y ahora, ya ve usted, me he tenido que resignar a que lo cante todo el mundo
Enrique Santos Discépolo: Entrevista en la revista «Marivel»
Así que, es gracias a Libertad Lamarque, que hoy podemos escuchar «El Choclo» como tango-canción, con la música de Villoldo y la letra de Discépolo. De hecho, se puede decir, que ella lo estrenó.
Otra cosa: La palabra «Carancanfunfa» sobre la que discuten las dos actrices al comienzo de la escena, hace referencia al apodo de un bailarín de tango que se destacó en Europa. Algunos dicen que fue el uruguayo Enrique Saborido (1876 – 1941), y otros que fue el «vasco» Casimiro Aín (1882 – 1940). Tal vez, Discépolo haya querido homenajear a ambos.
Y algo más: «Carancanfunfa» es un apelativo y, al mismo tiempo, una onomatopeya, «ca-ran-can-fun», que se usaba para practicar el baile cuando no había música.
Bueno, sigamos con la historia. A su regreso a Argentina, Lamarque no pudo estrenar sus películas recientes, y sufrió algunos hostigamientos que la convencieron de que había llegado el momento de exiliarse en México, junto con su marido y su hija. Allí se encontró con su gran amiga, la comediante Nini Marshall, quien corría una suerte semejante.
Pero en el caso de Niní, las desavenencias que derivaron en su exilio ocurrieron con la actriz Fanny Navarro, con quien compartió cartel en la película «Las Mujeres bailan», y especialmente con Juan Duarte, hermano de Eva Perón, y pareja de Navarro.
En México, Lamarque filmó más de 40 películas durante la última década de la «Época de Oro del cine mexicano«. Destaquemos, entre ellas, «Ansiedad» (1952) donde cantó dos tangos de Gardel,
Para mí, y posiblemente en contra de una opinión mayoritaria, esta es la mejor versión de Libertad Lamarque. Su voz se ha vuelto menos ligera, más oscura y llena. Tal vez perdió caudal, pero gano en peso y dramatismo.
Igual, recordemos que, en su período mejicano, la interpretación de tangos fue la excepción. Otras formas musicales, y muy especialmente el bolero, estaban de moda y eran del gusto popular,
A fines de los años sesenta, Lamarque regresó a Argentina, donde su popularidad renació con la obra teatral «Hello, Dolly», las telenovelas, y las películas ligeras. En una de ellas realiza un homenaje a Azucena Maizani,
Tenía 70 años, cuando grabó una hermosa versión de la zamba «Rosario de Santa Fe» (Agustín Irusta y Lito Bayardo)
En sus últimos años recibió una multitud de reconocimientos, como el Premio de la Asociación de Críticos de Nueva York, el Konex de Platino, la ciudadanía ilustre de Buenos Aires y de Rosario, el Caesar Award, el Premio Podestá, la designación como Personalidad Emérita de la Cultura Argentina, el Ariel de Oro, …
Su marido había fallecido en 1994. Su hija Mirtha le dio cinco nietos. Vivía alternadamente en México, Buenos Aires y Miami, según fuesen sus compromisos artísticos. Un día, en la ciudad de México, mientras grababa un capítulo de la telenovela «Carita de ángel», comenzó a sentir fuertes dolores en el pecho. Le diagnosticaron neumonía, y falleció pocas semanas después. Era el 12 de diciembre del año 2000, y tenía 92 años.
Jamás pienso en ella, [en la muerte]; es más, no le tengo temor… Tal vez sea porque, como dije antes, me siento muy bien. A esta altura de mi vida, todas las cosas feas ya las borré de mi mente… Yo nací artista y artista me voy a morir, de eso estoy segura
Libertad Lamarque (1998).