NONINO
En 1958, Piazzolla disolvió el Octeto y viajó a Estados Unidos para realizar un intento (fallido, diría yo) de fusionar tango y jazz. En 1959, durante una actuación en Puerto Rico, recibió la noticia de que su padre, Vicente «Nonino» Piazzolla, había fallecido en un accidente de bicicleta. A los pocos días volvió a Nueva York, donde vivía con su familia. Esta terrible noticia se sumaba al fracaso de la gira, a los problemas económicos, a la nostalgia por Argentina, y a las primeras señales de un conflicto conyugal que llevaría en 1966 a la separación de Astor y Dedé. Sin duda, Piazzolla había entrado en una fase depresiva. Su hijo Daniel recordaría años más tarde:
«Papá nos pidió que lo dejáramos solo durante unas horas. Nos metimos en la cocina. Primero hubo un silencio absoluto. Al rato, oímos que tocaba el bandoneón. Era una melodía muy triste, terriblemente triste.»
Así nació “Adiós Nonino”, su mejor tango, y el más conocido. Piazzolla rehízo esta obra varias veces, hasta el punto que no hay una versión “canónica”. Así que, mejor, escuchar su primera grabación de 1961 con su quinteto Nuevo Tango:
Y un arreglo sinfónico muy posterior…
Además, junto a las varias versiones del mismo Piazzolla, hay otras doscientas, escritas o interpretadas por distintas orquestas y grupos musicales. Hasta existe una versión cantada, con letra de Eladia Blázquez (que tal vez sea mejor olvidar).
Se escuchó hasta en una boda real:
Y para terminar con esta biografía de Piazzolla, digamos que, con su Quinteto Nuevo Tango, llegó a grabar sus obras más conocidas y recordadas:
- Las Estaciones (Verano Porteño, Otoño Porteño, Invierno Porteño y Primavera Porteña).
- La Serie del Ángel (Introducción al ángel, Milonga del ángel, Muerte del ángel y Resurrección del ángel).
- La Serie del Diablo (Tango diablo, Vayamos al diablo y Romance del diablo).
- Buenos Aires Hora Cero
- …
Cada persona a la que le guste el tango de Piazzolla tendrá su favorito. En mi caso, “Romance del diablo”:
El 4 de agosto de 1990 en París sufrió una trombosis cerebral de la cual no se recuperó. Lo trasladaron a Buenos Aires ocho días después, donde falleció casi dos años más tarde, el 4 de julio de 1992. Tenía 71 años.