Madrugada
Estamos en 1964. La situación política en el país es muy complicada, aunque no tanto en comparación con lo que vendría después. Con Frondizi detenido en Martín García, Perón en el exilio, y el partido peronista proscripto, el 12 de octubre del año anterior había asumido como presidente el «radical del Pueblo» Arturo Illía. Pero sólo había obtenido el 25 % de los votos. Segundo, con el 21 %, estaba «el voto en blanco o anulado», o sea; el Peronismo. Tercero, el «Radicalismo Intransigente», con Oscar Allende como candidato, obtuvo el 17 % de los votos, y el anti-peronismo de Aramburu, el 14 %.
Illía intentó llevar adelante un gobierno conciliador y de ideas avanzadas, pero -atacado desde todos los frentes- su margen de maniobra era muy limitado. El 28 de junio de 1966 fue derrocado por un golpe de estado, dirigido por Onganía.
Pero ese breve veranito que había comenzado con la presidencia de Frondizi en 1958 se vivió con gran entusiasmo, especialmente en el ámbito cultural. En particular, los jóvenes hicieron su gran entrada en escena, trayendo nuevos gustos musicales, estilos de vestir, y opiniones políticas y sociales. Estamos hablando de los famosos años «Sesenta». Y en ese Nuevo Mundo, el Tango estaba en retirada.
Y en este contexto nació una obra inesperada con música de Juan Carlos Cedrón, y letra de Juan Gelman. Se trata del disco «Madrugada».
Al primero ya se lo conocía como el «Tata» Cedrón, pero no en su acepción popular de Padre o persona mayor, ya que en ese entonces tenía apenas 25 años. En realidad, ese apodo se lo había puesto su abuelo, por usar mucho la «t» mientras aprendía a hablar. Ya nos dedicaremos con más detalle a la persona y la obra de Cedrón. Pero ahora quisiera que nos detengamos un poco en la figura del poeta.
En 1963 Juan Gelman había sido encarcelado en el marco de la Ley de Represión del Terrorismo, que daba continuidad al Plan Conintes. Había militado en el proscripto Partido Comunista, pero, después del triunfo de la revolución cubana, comenzó a adherir a una vía de acción directa. Hacia 1967 ya militaba en organizaciones guerrilleras, llegando a formar parte de la conducción de Montoneros. Se exilió en 1975. Al año siguiente fueron secuestrados su hija, su hijo, y su nuera (embarazada de siete meses). En 2000 pudo reencontrase con su nieta, de nombre Macarena.
En 2007 recibió el premio Cervantes.
Juan Gelman falleció en el exilio en México el 14 de enero de 2014, a los 83 años.
«Madrugada» reúne poemas inéditos, con otros de tres de sus primeros libros, «El juego en que andamos» (1959), «Velorio del solo» (1961) y «Gotán» (1963).
Sentado al borde de una silla desfondada, mareado, enfermo, casi vivo, escribo versos previamente llorados por la ciudad donde nací. Hay que atraparlos, también aquí nacieron hijos dulces míos que entre tanto castigo te endulzan bellamente. Hay que aprender a resistir. Ni a irse ni a quedarse, a resistir, aunque es seguro que habrá más penas y olvido. Mi Buenos Aires querido (Gotán, 1963)
En ninguna parte del disco vas a encontrar los temas tradicionales del Tango. El barrio, la vieja, y los amigos brillan por su ausencia. En cambio, Gelman habla sobre el presente y su realidad social. Y lo hace con su propia voz, recitando sus propios poemas.
Por su parte, el Tata Cedrón aportó la musicalización, y varios temas puramente instrumentales como, «El parate».
y el tema «Madrugada» que le da título al disco,
De más está decir que en su momento esta obra le costó al Tata Cedrón la hostilidad del ambiente del Tango. Se trataba de una obra marginal, atípica, completamente incomprensible para los tangueros de ley. Tampoco encajaba en la Vanguardia de esos años (Piazzolla, Rovira), que todavía era puramente instrumental. Tendrían que transcurrir cinco años para que Piazzolla y Ferrer crearan el tango operita «María de Buenos Aires».
Y, obviamente, ni que hablar de la música juvenil de aquellos años, representada por el Club del Clan.
No iba a ser fácil encontrar un sello discográfico que se quisiera arriesgar con un «producto» tan extraño. Así que Cedrón vendió unos cuadros de Leopoldo Presas (1915 – 2009) y Roberto Broullon (1932 – 2012) que le había regalado su hermano, y de esa manera pudo costear la que posiblemente sea la primera edición independiente de Argentina.
No sobraba el dinero, así que toda esta gran obra conceptual se grabó en una sola sesión en los estudios Phonal en Santa Fe 3117, por donde años más tarde pasarían varios referentes del naciente Rock Nacional. En particular, allí se grabó «Salgan al Sol» el 15 de diciembre de 1970. En 1972 se fusionaron con los laboratorios Alex, para formar el mítico «Estudio Phonalex»
En un «esfuerzo de producción», la contratapa del disco incluía las letras de todos los recitados y canciones, además de una introducción del poeta Paco Urondo. Al igual que Gelman, Urondo también militaría en organizaciones guerrilleras. Moriría durante un enfrentamiento en Mendoza el 18 de junio de 1976.
Junto a Gelman en el recitado, y a Cedrón en guitarra y canto, intervinieron de aquella grabación César Strocio en bandoneón, Carlos Francia en cello y Carlos Lavochnik en violín. Quedaba así conformado el «Cuarteto Cedrón», sobre el que volveremos en otra oportunidad.
Aquí termino, Agus, con esta breve descripción de un disco único en la historia del Tango. Y ahora a escucharlo enterito «de cabo a rabo», porque es casi una herejía hacerlo por partes. Sería algo así como el «Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band» del Tango, aunque tres años anterior. Y porque…
“… digan lo que digan, yo pregunto: qué haríamos sin este disco, sin sus defectos –que sin duda los debe tener-, cómo haríamos para seguir cantando nosotros, los argentinos, si no queremos cometer errores, si no queremos ver”.
Francisco Urondo: Contratapa de «Madrugada» (1964).