Nace «GARDEL»
La evolución que llevó a Carlos Gardel a convertirse en «GARDEL» fue lenta. Por una parte, tenía que crear, “que inventar”, la manera de cantar una nueva forma musical: El tango-canción. Para eso, fusionó su entrenamiento como “estilista”, con su conocimiento de la canzonetta napolitana y la zarzuela. El “tempo” se volvió más lento, y la interpretación, más melancólica y emocional.
Pero, al principio, Gardel no estaba seguro de acometer esa mutación. Como estilista no le iba mal. Ya tenía una fama bien ganada.
En 1919 sólo una de sus trece grabaciones fue un tango, En 1920, seis de veinticuatro. En 1921, ocho de veintidós. Recién en 1922, los tangos superaron a los estilos en una proporción de doce a once.
Y finalmente, en 1923 grabó “Mano a mano”!!!!!… y el tango-canción se impuso en el gusto popular.
Tal como hicimos en la entrega anterior, compará esta versión de 1923 con la de 1930:
¡Qué enorme diferencia!… ¿no?…
Finalmente, Gardel se había convertido «Gardel», y salió a buscar las «letras» que necesitaba para sus tangos entre los jóvenes poetas de su generación: Obviamente, Celedonio Flores (Mano a mano, Margot, El bulín de la calle Ayacucho,…). Pero, también, Enrique Cadícamo, Enrique Santos Discépolo, Alberto Vaccarezza, … Y, por supuesto, el enorme Alfredo Lepera.
Un chisme final: En octubre de 1934, el músico cubano Ángel Sánchez Carreño denunció que el tango “Mi noche triste”, aquel que había cambiado el Tango y creado a su máximo interprete, era un plagio de su bambuco “Rosa” con el que había ganado el primer premio en un concurso realizado en el Salón Magic, de París, en 1914. ¿Será cierto?