Cara sucia
Tras la caída de Juan Manuel de Rosas en 1852, se prohibió el candombe callejero, que tuvo que pasar a bailarse en lugares cerrados. En estos reductos afroamericanos, llamados “tangos”, se fue fusionando con otras formas, como el vals, la mazurca, la polca, el chotis, la habanera, etc. Todas formas de baile con pareja enlazada estrechamente.
Con el tiempo, esta danza sensual también se instaló en los prostíbulos, con títulos y letras festivas y procaces. Dos ejemplos:
“Dame la lata” se refiere a la ficha que se compraba a la entrada del prostíbulo y que daba derecho a bailar y a acostarse con una mujer. Las latas que juntaban las prostitutas se entregaban al proxeneta al final de la noche.
Que vida mas arrastrada
la del pobre canfinflero,
el lunes cobra las latas,
el martes anda fulero.
Dame la lata que has escondido,
Que te pensás, bagayo,
que yo soy filo?
Dame la lata y a laburar!
Si no la linda biaba
te vas a ligar.
“Concha sucia” se trata de uno de los proto-tangos más antiguos de autor conocido (el violinista afroamericano Negro Casimiro). Su base musical es la habanera “Dame más”. Mucho años después, se le cambió el título y la letra, pasándose a llamar “Cara sucia”.
C… sucia, c… sucia, c… sucia,
te has venido con la c… sin lavar,
esa c… tan bonita y picarona…
Poco a poco el tango comenzó a volver más “aceptable”, a pesar de la resistencia de las clases altas y la iglesia. Ejemplo: “La morocha”, escrito en 1905 por Ángel Villoldo
y Enrique Saborido.
Aquí en una grabación de Lola Membrives de 1909:
Todavía es más Zarzuela (la música más popular de la época) que Tango.
Se imprimieron mil partituras que fueron llevadas por la Fragata Sarmiento (la que está como museo en Puerto Madero) en su viaje de 1906. Hay registros de que fue tocada por la banda musical de la fragata en una recepción en Hotel Oriental de Yokohama el 25 de julio de ese año. Al llegar a Francia, ese tango se convirtió en un gran éxito.
A todo este período se lo llama “Guardia vieja”. El tango es una danza muy sensual, que –cuando tiene letra- es siempre -pero siempre, siempre- alegre, a veces procaz o con doble sentido, y –sin excepciones- con un contenido anecdótico; es decir que describe a una persona, o una situación; y que nunca cuenta una historia. Pero todo eso iba a cambiar…