Ataniche
Cuenta la leyenda…
«El Tambito» era un lugar bailable ubicado sobre la Avenida Berro, cerca de la Avenida Sarmiento. También se lo conocía como «El Kiosquito». Increíblemente, el lugar todavía existe.
Una de las habitués de ese «local de baile» era una dama, a quien todos conocían como Anita, que siempre llegaba en un carruaje con campanillas de plata. Y en ella se inspiró Ernesto Ponzio para escribir su tango «Ataniche».
¿Qué tiene que ver «Ataniche» con «Anita»? Una regla básica del Lunfardo es la transliteración de las sílabas. Entonces A-TA-NI-CHE = Che, Anita.
Otros dicen que Ponzio admitió haber escrito este tango para una novia suya, llamada Anita. Puede ser. Y también puede ser que ambas historias sean ciertas. O falsas…
Suficiente preámbulo. Escuchemos este gran tango del año 1900, en la interpretación de D’Arienzo.
Roberto Firpo lo grabó en 1914 para Odeon (511-B), pero con el título de «Los Guevara» y atribuyéndose su autoría.
Por su parte, el 9 de julio de 1915, Celestino Ferrer lo grabó para Victor (67.605), reconociendo como autor a Firpo, aunque cambiando un poco su título a «Los Güevara».
En 1924 la obra volvió a llamarse «Ataniche» en una partitura para piano publicada por Ortelli Hnos. con Juan Carlos Bazán como arreglador, y dedicada «al colega y amigo Roberto Firpo en recuerdo de nuestro pasado».
Un año después de la muerte de Ponzio, la editorial de Alfredo Perrotti publicó este tango atribuyéndole su autoría «por primera vez». Esto sería reconocido por el mismo Roberto Firpo en grabaciones posteriores.
¿Qué es todo esto? ¿Roberto Firpo atribuyéndose la autoría de un tango que no es suyo? ¿El Gordo «Mamadera» Bazán traicionando a su amigo Ernesto? En realidad, se trata de una época previa a los derechos de autor, donde los tangos eran de todos y eran de nadie.
Parece ser que este tango aparecía sin título y con autor anónimo en una obra teatral llamada «Los Guevara», y entonces Firpo le puso ese título para que la gente lo reconociera y comprara el disco. Pero una vez que Ponzio lo reivindicó como suyo, no tuvo problemas en aceptarlo como tal.
Recordemos también que la misma esposa de Ponzio, Adela Savino, decía que su marido solía regalar sus tangos, así que es posible que se lo haya dado a Bazán. Después de todo, éste sólo se atribuyó su arreglo para piano.
Roberto Selles, quien ha estudiado este tema con una gran profundidad, propone que Ponzio se basó en un par de aires populares anónimos para componer el tango.
Una de las versiones más recientes que pude encontrar es la de Mouro Maquieira.
Como casi todos los tangos de la Guardia Vieja, «Ataniche» es un excelente tema para bailar; y efectivamente se baila… y escucha… en todo el mundo, sin que casi nadie conozca su historia ni la de su autor…