Tango Argentino (1ra. parte)
Supongamos que uno quisiera montar un fracaso en Broadway y anduviese a la pesca de malas ideas. ¿En qué podría uno pensar? Veamos qué tal esto: un grupo de 15 bailarines argentinos, entrados en años y a veces en kilos, bailando ese viejo y decadente favorito, el tango. Agreguemos cuatro cantantes llorando sus penas en español, con una orquesta cargada de bandoneones, y la marquesina bien puede decir Desastre (…)
Revista Time, octubre de 1986.
Cuando Claudio Segovia y Héctor Orezzoli fueron con la idea de montar en París un espectáculo de tango, muchos famosos declinaron el ofrecimiento. Tampoco había productores que, en su sano juicio, fuesen a invertir en este fracaso seguro. Pero Segovia no se achicó. Su padre había muerto hacía poco tiempo, y su madre le entregó el seguro de vida para que él mismo produjera la obra.
Junto con Juan Carlos Copes seleccionaron a un pequeño grupo de bailarines. Por su parte, José Libertella, Horacio Salgán y Ubaldo De Lio aportarían la música, y Elba Berón, María Graña, Roberto Goyeneche, Raúl Lavie, y Jovita Luna, el canto. Además se agregó al capo-cómico Jorge Luz.
La Junta Militar les facilitó el traslado en un avión militar, junto con un misil «Exocet» de la Guerra de las Malvinas que no había estallado. Extraño y terrible compañero de vuelo.
El estreno del 10 de noviembre de 1983 en el teatro del Châtelet de París fue a sala llena. ¡3000 personas!
Y así continuó durante toda la semana. En el último día, se abrieron todas las puertas, para que el espectáculo pudiese ser, al menos escuchado, desde la calle. Y estamos hablando de las frías noches de noviembre…
El éxito había sido asombroso, con una enorme repercusión en los medios de Francia, incluyendo un artículo en Vogue. Pero, cuándo no, este tremendo éxito pasó desapercibido en Argentina.
Con algunas bajas y otras incorporaciones, volvieron a París al año siguiente. Luego se presentaron en Italia, hicieron una gira por Estados Unidos, y finalmente llegaron a Broadway.
Fueron casi 200 presentaciones en seis meses, con tres nominaciones a los Premios Tony de 1986.
Luego siguieron giras por Canadá, Alemania, Suiza, Austria, , etc., etc., etc… Y en cada uno de esos lugares, este espectáculo tan original iba despertando un gran interés por el Tango.
Por ejemplo, al presentarse en Japón, «Tango Argentino» fue transmitido por televisión, y hasta fue presenciado por el Emperador Hirohito.
En 1989 volvió a París, y en 1991, se presentó en Londres, con Lady Di asistiendo al estreno.
Ese mismo año falleció sorpresivamente Héctor Orezzoli (1953 – 1991). Había conocido a Claudio Segovia en 1972, y se había radicado en París en 1975. La primera experiencia teatral de ambos fue el montaje de «Flamenco Puro» en Sevilla en 1980. Y después de «Tango Argentino» siguieron con «Black and Blue» en Broadway, con un suceso similar o superior al de «Tango Argentino.
Este golpe emocional, junto con el agotamiento de tantas giras y presentaciones, llevó a Segovia a terminar el espectáculo después de la primera presentación en Argentina, en 1992.
Sin embargo, el equipo musical y coreográfico volvió a ensamblarse para una remake en Broadway, con 63 presentaciones, entre 1999 y 2000, y una nueva nominación a los premios Tony.
En Argentina, el espectáculo se presentó en 1999 (Teatro Ópera), 2006 Gran Rex) y 2011 (escenario en el Obelisco), pero siempre con escasa repercusión y poca asistencia de público. Un triste reconocimiento al espectáculo que, sin lugar a duda, fue uno de los principales causantes del renacimiento del Tango en el mundo.
Pero en ese mismo año final de 2011, la Cámara de Diputados realizó un reconocimiento a Claudio Segovia,
En noviembre de 1983 en el «Teatro Chatelet», de París, se presentó un espectáculo que luego marcaría un hito en la historia del tango: El musical «TANGO ARGENTINO». […] La atracción que produjo, hizo que se multiplicaran sus presentaciones en diversas ciudades y países, y que fuera el punto de partida para que el mundo entero quisiera bailar, cantar, enseñar, interpretar o al menos ver y escuchar tango en alguna de sus manifestaciones. Como consecuencia de este suceso, comenzaron a formarse jóvenes orquestas y se inauguraron milongas aquí y en el mundo, en las que hasta hoy, se baila exclusivamente tango. Los maestros bailarines y reconocidos milongueros, fueron convocados para exhibir su arte y dar clínicas de enseñanza. […] Detrás de este suceso o al frente del mismo, se hallaba una figura de indiscutible talento, el Sr Claudio Segovia.
Cámara de Diputados de la Nación Argentina. 6 de diciembre de 2011
Lamentablemente, hasta donde se, nunca se realizó una filmación de este espectáculo. Por lo tanto, Agus, sólo te podré mostrar algunos fragmentos de escasa calidad, la mayoría filmaciones realizadas por aficionados.
La semana pasada vimos a Copes y su hija bailando «Quejas de Bandoneón», justamente la pieza con que se iniciaba y terminaba el espectáculo.
Y ahora, aquí va María Nieves (a sus 73 años) bailando junto con Junior Cervila, en la presentación del Obelisco de 2011,
¿Qué hizo de «Tango Argentino» el suceso que fue? En mi opinión, su honestidad. No fue un espectáculo pensado «for export», sino una representación coreográfica de la historia del Tango, desde sus orígenes arrabaleros, hasta la vanguardia de Piazzolla.
Bueno, y yendo directamente al espectáculo, este repasaba la historia del Tango, en dos partes o capítulos. El primero dedicado a la Guardia Vieja y el inicio de la Guardia Nueva, y, el segundo, a la Época de Oro y la Vanguardia. Por razones artísticas, la secuencia de tangos y bailes no seguía un orden cronológico estricto, pero la intención era clara.
Como dije, la introducción estaba dada por una versión orquestal de «Quejas de Bandoneón» (1918) de Juan de Dios Filiberto. Este mismo tango, pero bailado, también daba cierre a la obra.
Los inicios del Tango se repasaban con algunos tangos emblemáticos de primera época de la Guardia Vieja, cuando todavía era orillero y canyengue, incluyendo algunos toques «indecentes». Se presentaban, por ejemplo,
- «El Apache Argentino» (Manuel Aróztegui, 1913), donde «dos malevos se abrazan y bailan el Tango». Un buen inicio para un estreno francés, ya que el «Apache«, es un personaje típico francés.
- «El esquinazo» donde una «pareja de orilleros bailan la [famosa] milonga» del gran Angel Villoldo
- «El Entrerriano». Se trata del primer tango publicado (1897), escrito por el músico afro-argentino Rosendo Mendizábal (1868 – 1913).
Este tango primitivo fue bailado por Los Dinzel (Gloria Inés Varo y Carlos Rodolfo Dinzelbacher). Impresionante, intenso y con un par de instantes de comedia…
- La Guardia Vieja no se mostraba sólo con tangos y milongas de esa época, sino también con obras posteriores, pero que encajaban en estilo. Tal es el caso de la «Milonga del tiempo heroico» (1957) de Francisco Canaro, interpretada por Juan Carlos Copes y María Nieves. Aquí va una versión realizada -aparentemente- según la coreografía original,
- «La Puñalada» (Pintín Castellanos y Celedonio Flores) que tampoco es estrictamente de la Guardia Vieja, ya que fue estrenada por la orquesta de Juan D´Arienzo en 1937. Se interpretaba en versión orquestal, sin danza y sin la letra de Celedonio.
- «El Choclo» (Angel Villoldo, 1903), con Elba Berón cantando la letra escrita por Discépolo en 1947.
Mientras el espectáculo seguía presentando el tango orillero, también se iba mostrando como éste va saliendo del arrabal y entrando en los salones, y hasta en las casas de gente bien. Tal es el caso de…
- «La Morocha» (Enrique Saborido y Angel Villoldo, 1905), donde «dos chicas jóvenes bailan el tango discretamente». Fue uno de los primeros tangos grabados (por los Gobbi en Estados Unidos en 1906), y representó toda una revolución en su época. Fue nuestro primer embajador tanguero en el mundo, e inició un tímido ingreso del Tango a las clases acomodadas.
- «La Cumparsita», con un baile al estilo de «salón europeo».
En este punto, como una primera bisagra, se presentaba el nacimiento del tango-canción con «Mi noche triste» en la voz de Raúl Lavié,
«Cuesta abajo» (Carlos Gardel y Alfredo Le Pera, 1934), interpretado por Raúl Lavie; y «De mi barrio» (Roberto Goyheneche, 1923), cantado por Jovita Luna. Ojo, que no se trata del cantor favorito del abuelo, sino de un compositor que vivió entre 1898 y 1925.
De esta manera, el tango de la Guardia Vieja, siempre alegre y juguetón, comienza a tomar el acento grave de la Guardia Nueva.
Después de «Mi Noche Triste», era el momento para la gran entrada de Virulazo y Elvira, para bailar «Orgullo Criollo» (Julio DeCaro y Pedro Laurenz, 1941). Segovia no parecía muy convencido cuando Copes le presentó a estos bailarines cincuentones. Además, él tenía un tremendo cuerpazo con más de 100 kilos de inercia. Pero…
… cuando Virula arrancó su baile, Claudio no podía creer lo que veía, que semejante hombre pareciera flotar, ¡no pisaba el suelo y Elvira hacía firuletes a su alrededor! Eran como Brutus y Olivia, algo diferente, como quería Claudio. Así quedaron incorporados Virulazo y Elvira.
Juan Carlos Copes (2013)
Después de un «Tutti» de bandoneones, seguía una pequeña pieza teatral «la historia de una chica de barrio que, seducida por un rufián, sigue el camino de la ruina». Incluía los temas
- Milonguita (Enrique Delfino y Samuel Linnig, 1920)
- Divina (Joaquín Mora y Juan De La Calle, 1934)
- Melenita de Oro (Carlos Vicente Geroni Flores y Samuel Linnig, 1922)
- Re-Fa-Si (Enrique Delfino, 1917)
En esta pieza, Esthercita, interpretada por la bedette Naanim Timoyko, es seducida por el rufián (Copes) y su complice (Nieves) para trabajar como prostituta (Milonguita) en un cabaret, frecuentado por «chicos bien». Finalmente, muere asesinada por el rufián, marcando un fin trágico y metafórico de la primera época del tango. De aquí en más, todo es Guardia Nueva, representada, por ejemplo, por
- «Nostalgias» (J. C. Cobián y E. Cadícamo, 1935), interpretado por el Sexteto Mayor.
- y «Canaro en París» (Scarpino y Caldarella), interpretado por Osvaldo Berlinguieri y Orquesta.
Y para terminar con esta primera parte del espectáculo, y como cierre de la historia inicial del tango, nada más ni nada menos que
- «Taquito Militar» (Mariano Mores, 1952), bailado por tres parejas: Copes y Nieves, Nélida y Nelson, y Gloria y Eduardo.
Dejamos aquí, y la semana próxima continuamos con la segunda parte de «Tango Argentino»: La época dorada, el declive y la vanguardia…