Julio De Caro
Los hermanos Francisco (1898 – 1976) y Julio De Caro (1899 – 1980) eran hijos de una pareja de inmigrantes italianos, fuertemente vinculados con la música. La madre, Matilde Ricciardi Villari era cantante, y el padre, José De Caro De Sica, había trabajado en el conservatorio de la Scala de Milán. El matrimonio había instalado en Buenos Aires un conservatorio y un negocio de venta de partituras e instrumentos musicales.
Ambos hermanos estuvieron, desde niños, destinados a seguir carreras como músicos. El padre puso al mayor, Francisco, a estudiar violín, y al menor, Julio, a estudiar piano. Pero, con el tiempo, se dieron cuenta de que cada uno prefería el instrumento del otro. Así que Julio comenzó a estudiar violín con el maestro Fracassi, y Francisco ingresó al Conservatorio Williams.
Evidentemente, el padre de Francisco y Julio imaginaba que sus hijos seguirían carreras en música «seria». Cuando en 1915 Julio participó como segundo violín en la orquesta de Zarzuela del teatro Lorea (hoy llamado Teatro Liceo), el padre lo obligó a devolver los cinco pesos que había ganado, y lo tuvo castigado durante una semana.
Pero para los hermanos ya no habría vuelta atrás. Comenzaron a aprender y practicar tango, y a concurrir a los lugares donde se presentaban las mejores orquestas de la Guardia Vieja (Cobián, Arolas, Firpo).
Finalmente, en 1917, se incorporó al quinteto de Arolas, con quienes estrenó su primer tango, Mon beguin. Este desafío le valió ser expulsado de su casa.
Después de pasar por distintas orquestas, Julio se unió a su hermano (quien también había dejado la casa paterna), para formar una orquesta que tocaría en residencias de alta sociedad por ochocientos pesos por función (una fortuna, para la época). Para estos eventos comenzaron a vestirse de etiqueta, con esmoquin y pechera dura.
Para los carnavales de 1924, los hermanos De Caro armaron una orquesta de casi 20 ejecutantes para presentarse en el Salón L’Aiglon.
Poco después, recibieron un contrato de seis mil pesos para formar un sexteto, nuevamente para la alta sociedad. Después de varias idas y vueltas, esta agrupación quedó conformada por Julio y su otro hermano Emilio en el violín, Francisco en el piano, Leopoldo Thompson en el cotrabajo, y Pedro Maffia y Luis Petrucelli en los bandoneones.
Posteriormente, Thompson fue reemplazado, primero por Hugo Ricardo Baralis y luego por Enrique Krauss, y Petrucelli por el debutante Pedro Laurenz.
En 1926, Maffia fue reemplazado por Armando Blasco y Krauss por Olindo Sinibaldi. Esta formación perduró durante tres años.
Finalmente, desde 1930 hasta 1934, el sexteto estuvo integrado por Laurenz y Blasco (bandoneón), J. De Caro y José Noeso (violín), F. De Caro (piano) y Vicente Sciarretta (contrabajo).
Julio De Caro abandonó su carrera artística en 1953, cuando su orquesta contaba con seis violines, seis bandoneones, un contrabajo y, por supuesto, con su hermano Francisco al piano.
Se cuenta con más de 400 registros de De Caro, iniciando con la grabación de «Todo Corazón» en 1924,
Aquí, una versión de Gardel, también de 1924, con letra de José María Ruffet.
Agus, con la siguiente versión de 1951 podrás ver como fue evolucionando el estilo de Julio De Caro durante sus 30 años de actividad,
Y, finalmente, una versión «moderna», según arreglos de Luis Stazo,
La transcendencia e influencia de Julio de Caro fue tal, que a los primeros quince años de la Guardia Nueva se los suele llamar etapa «decareana».
Hoy en día, Julio De Caro no tiene la presencia de otros, como -sin ir más lejos- Aníbal Troilo. Y ciertamente es difícil, casi un siglo después, apreciar la revolución que representó la irrupción de de su nuevo estilo, con un refinamiento interpretativo que marcaba un enorme contraste con la Guardia Vieja.
Pero, sin duda, cada vez que escuchamos un tango, estamos escuchando «algo» de De Caro. Con su excelente formación musical, aportó al Tango aquello que hoy reconocemos como «marcas registradas». El tango se volvió polifónico y con matices de gran complejidad para tratarse de una música «popular». Fijate cómo, en este tango, el tema es presentado en «pizzicato» por los violines, pasa a la orquesta, y vuelve a los violines.
A continuación, un tango de tono «jocoso», llamado «El monito», de 1928.
El tema entra «silbado» y, poco después, los violines ejecutan unas «chicharras«, típicas de Piazzolla. Como dijo Federico Monjeau,
«Tal vez nadie se habría sorprendido tanto de los extraordinarios desarrollos instrumentales de Astor Piazzolla si hubiera escuchado atentamente los planteos que ensayaba De Caro ya en la década del 20».
Un último comentario importante. En 1899, el alemán Johannes Matthias August Stroh patentó un instrumento llamado violinofón, o violín Stroh, donde el sonido es amplificado por un pabellón de metal, en lugar de una caja de madera. Como dato de color, en 2010 Shakira lo utilizó en algunas de sus canciones de «The Sun Comes Out». Pero, su máximo ejecutante fue, sin duda, Julio De Caro.
Localmente se lo conoció como violín-corneta. Era un instrumento muy caro, pero de gran potencia, lo que lo hacía especialmente apto para las grabaciones mecánicas anteriores a 1928, y para imponerse en las grandes salas antes de la amplificación.
Julio De Caro falleció en Mar del Plata, el 11 de marzo de 1980.